mc2 son las iniciales de mi nombre. Desde niño las vengo usando. Solía ponerla en todos mis cuadernos y carpetas. Pronto encontré el fascinante vínculo entre estas letras y la icónica fórmula de la energía, E=mc2.

A lo largo de mis estudios universitarios y mi carrera profesional, he combinado la arquitectura técnica con mi pasión por el sector audiovisual, el compromiso social y el humanismo. Ahora, siento que es el momento de enfocar toda mi energía y experiencia en promover y difundir la transformación social en la que estamos inmersos, contribuyendo a que sea lo más justa y plena posible, tanto para los seres humanos como para todas las formas de vida que comparten este viaje en nuestro planeta Tierra.

Es hora de dejar atrás el antiguo paradigma, no solo porque es insostenible, sino porque nos impide avanzar en términos de conciencia, amor y felicidad, aspectos que no conocen límites materiales. Debemos dejarlo atrás sin resentimientos, aprendiendo de los errores y valorando los aciertos que hemos logrado. Para ello, es crucial trazar un plan sólido.

Personalmente, he diseñado mi propia transición, la cual culminará a mediados de 2026. En ese momento, me dedicaré profesionalmente por completo a mi pasión.